Burnthouse Lane

La urbanización Burnthouse Lane fue concebida inicialmente por el Ayuntamiento de Exeter en la idealista década de 1920 para realojar a personas empobrecidas del barrio marginal del West Quarter.

Diseñado siguiendo el modelo de la Ciudad Jardín y concebido como un conjunto residencial autosuficiente, era un lugar destinado a familias trabajadoras. En la década de 1980, el programa de Derecho a Compra de Margaret Thatcher propició que algunas propiedades pasaran a ser de propiedad privada, pero Burnt House Lane todavía se considera una urbanización de viviendas sociales.

La privación que se suponía que debía superar ha seguido atormentándolo, pero la naturaleza aislada de la urbanización y su intrincado laberinto de callejuelas también han dado lugar a aspectos positivos, como una comunidad muy unida y un sentimiento de solidaridad entre los residentes.